LA CENICIENTA
Adaptación de la ópera de Gioacchino Rossini
Julio – Agosto 2017
Adaptación y dramaturgia: María Jaunarena
Dirección escénica y vestuario: María Jaunarena
Dirección y adaptación musical: Hernán Sánchez Arteaga
Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova
“¿Cómo es posible –se pregunta Antonio Rodríguez Almodóvar – que un relato que tiene hasta miles de años detrás siga reclamando nuestra atención? ¿Qué significa un hecho cultural tan extenso y tan profundo como para que, todavía hoy, nos estemos replanteando su sentido?” Como señaló el psiquiatra infantil austríaco Bruno Bettelheim, los cuentos de hadas esconden un tesoro porque “enfrentan debidamente al niño con los conflictos humanos básicos [al] plantear, de modo breve y conciso, un problema existencial”. En ese sentido, el personaje de la Cenicienta condensa un nudo de miedos que se mueven vertiginosamente en la mente del niño sin respuestas adecuadas: el temor a la muerte de los padres, la burla – que puede alcanzar situaciones de sometimiento– de sus hermanos o pares –en palabras modernas, el bullying–, la conciencia de ser distinto pero no poder demostrarlo y finalmente, la ansiada conquista de la libertad de todo lo que lo oprime”.